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domingo, 31 de marzo de 2013

Invisible.

Ser el ombligo del mundo no siempre es malo.

En la vida, tienes momentos de esplendor y momentos (no digamos malos) sino no tan esplendorosos.

Lo que no podemos negar, es que todos al equivocarnos, deseamos que la tierra nos trague, volvernos invisibles, correr, o simplemente desaparecer.

La vida, por muy bonita que se le ponga, no es fácil. En ella te ves obligado a evolucionar, a cambiar para sobrevivir en una sociedad en la que si pierdes el ritmo estás acabado.

Si no me he caído cien veces, no me he caído ninguna. Todos cometemos errores, es natural. Una vida sin errores no es una vida.

Sin errores no se aprende a vivir.


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